Los Manantiales

Los Manantiales
Renovación para el alma

martes, 14 de febrero de 2012

EL PRINCIPE DE PAZ


Hace años, conocí a un joven que formaba parte de una banda de motociclistas. Había crecido en un campo misionero donde servían sus padres. Cuando su familia volvió a su país natal, él aparentemente no pudo adaptarse a ese entorno. Vivió una vida tumultuosa y murió en medio de una pelea callejera entre bandas rivales.
     He participado en muchos funerales, pero ese es el que más recuerdo de todos. Se hizo en un parque donde hay una hondonada cubierta de hierba natural alrededor de una laguna. Sus amigos estacionaron las motocicletas formando un círculo y se sentaron sobre la hierba rodeándonos, mientras un amigo y yo dirigíamos la reunión. Hablamos de manera sencilla y breve sobre la conciliación entre grupos en conflicto y la paz interior que el amor de Jesús puede brindar.
     Después, un integrante de la banda de motociclistas nos agradeció, empezó a caminar para marcharse, pero luego volvió. Jamás olvidaré sus palabras. En su jerga, dijo que tenía una motocicleta, un apartamento y una novia; después, agregó: «Pero no tengo paz». Entonces, hablamos de Jesús, que es nuestra paz.
     Ya sea que tengamos una Harley Davidson o un Cadillac, una mansión o un pequeño apartamento, un ser amado o a nadie… no importa. Sin Cristo, no hay paz. Él dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy…» (Juan 14:27). Este regalo es para todos los que confían en    
Él. ¿Le has pedido su paz?
 
 
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.
No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Juan 14:27
 
Tomado del Libro Nuestro Pan Diario
Rbc Ministerio
 
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
 

SUFRIMIENTO


Hay una ventana en tu corazón a través de la cual puedes ver a Dios. Hubo una vez en que esa ventana era transparente. Tu visión de Dios era clara. Podías ver a Dios tan vívidamente como podías ver un hermoso valle o una colina.
     Entonces, de pronto, la ventana se quebró. Una piedra rompió la ventana. Una piedra de dolor.
     Y de repente ya no fue tan fácil ver a Dios. La vista que había sido tan clara había cambiado.
     Estabas confundido. Dios no permitiría que algo como eso ocurriera, ¿verdad?
     Cuando no lo puedas ver, confía en Él … Jesús está más cerca de lo que jamás soñaste.
En el ojo de la tormenta.
 
 
Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; 
Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, 
Y me salvará tu diestra.
Salmos 138:7
 
Tomado del Libro Promesas Inspiradoras de Dios
Autor: Max Lucado
 
 
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
 
 

EL AMOR DEL PADRE


 A muchas personas les parece difícil ver a Dios como un padre amoroso. Éstas no lo ven con claridad debido a dolorosas experiencias del pasado con su padre o padrastro alejado de Dios.
     Miles de cristianos no creen que Dios los ama porque su padre terrenal los abandonó, hirió, y afligió terriblemente. ¡Yo oro para que este mensaje les hable no solamente a estas personas sino también a aquéllos quienes no han descubierto la profundidad del amor del Padre!
     Muchos de nosotros conocemos las Escrituras y la teología detrás del gran amor de Dios hacia sus hijos. Sin embargo, pocos hemos aprendido a apropiarnos de ese amor y por consiguiente, no disfrutamos de los beneficios de contar con él.
     Escuche cómo Dios se describe a sí mismo frente a Moisés: “Dios fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado,...” (Éxodo 34:6-7).
     Cuando nos encontramos en medio de nuestras tribulaciones, nos olvidamos de lo que Dios ha dicho acerca de su propia naturaleza. Si solamente creyéramos en Él en esos momentos, nosotros contaríamos con gran seguridad y confianza en nuestras almas. De principio a fin, la Biblia expresa la voz de Dios, revelándonos cuan tierno y amoroso Él es.
     En todo tiempo, Él está listo para perdonarnos: “porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.” (Salmo 86:5).
     Él es paciente con nosotros, lleno de ternura y misericordia. “Muchas son tus misericordias...” (Salmo 119:156). “Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira y grande en misericordia.” (Salmo 145:8).
     Cuando usted acude al Señor en oración y adoración, sea muy cuidadoso acerca de la imagen de Dios que usted tiene al entrar en Su presencia. ¡Usted debe estar completamente convencido de Su amor por usted y crea que Él es todo lo que Él dice que es!
 
 
Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá.
Salmos 27:10
 
 
David wilkerson, hoy
Por: David Wilkerson
 
 
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

DUDAS


Tomás vino con dudas. ¿Lo rechazó Cristo?
     Moisés tuvo sus reservas. ¿Lo mandó Dios a que se fuera a su casa?
     Job tuvo sus luchas. ¿Lo evadió Dios?
     Pablo tuvo sus momentos difíciles. ¿Lo abandonó Dios?
     No. Dios nunca rechaza un corazón sincero. Las preguntas difíciles no lo confunden. Él nos invita a investigar.
     Anótalo. Dios nunca rechaza al que lo busca con sinceridad. Acude a Él con tus preguntas. Puede que no encuentres todas las respuestas, pero al hallar a Dios, has conocido al que tiene las respuestas.
 
 
 
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Santiago 1:5
 
 
Tomado del Libro Promesas Inspiradoras de Dios
Autor: Max Lucado
 
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

Un deseo en el día del Amor


Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes,sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que,algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, mas no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que influyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: “Esto es mío”, solo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que tengas una buena mujer o un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar.
Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo mas nada que desearte.”
Autor Anonimo.
En este día del amor que nunca olvides que el Amor no es un mero sentimiento sino una decisión. Tu decides amar y sobre todo que el Amor es una persona. Dios.
1 Juan 4:8 El que no ama, no conoce á Dios; porque Dios es amor.
1 Juan 4:11 Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos á otros.
1 Corintios 13:4 El Amor es sufrido, es benigna; el amor no tiene envidia, El Amor no hace sinrazón, no se ensancha
Tomado : www.renuevodeplenitud.com

El principito que quería cambiar de color de piel

Este cuento se lo escribí a mi hijo Deivys que es morenito, cuando era pequeño y va dedicado a mi negrito bello. Hoy mi hijo tiene un hermoso hogar y vive orgulloso de su color.
En el Continente de África, vivía un Rey una Reina, con un hermoso principito, en un palacio hermoso rodeado de árboles, animales, jardines, lagos con cisnes y gansos bellos que nadaban en aguas cristalina, los rayos del sol se reflejaban en sus aguas por los atardeceres que vibraban con varios colores.
Pero el principito no era feliz, porque su color de piel era negrito como el carbón, pero sus dientes eran tan blancos que brillaban con la luz del sol.
Sus papitos lo veían triste y se preocupaban por su bienestar, pero el principito no les comentaba la tristeza que sentía, sino que él habla con los cisnes y gansos y soñaba ser como ellos.
El principito le decía a los cisnes. ¿ Si yo fuera como ustedes blanco como la nieve, mi vida sería muy feliz?
Una tarda que él hablaba con los Cisnes y los Gansos, pasó un anciano y lo escuchó hablar y viendo la tristeza del principito, se dirigió al palacio a hablar con su Rey a comentarles lo que sufría el niño, que quería cambiar el color de su piel.
Cuando llegó el anciano al palacio, pasó hablar con el Rey y en presencia de la Reina les comentó en que consistía la tristeza del principito, que lo único que él quería era cambiar de piel, quería ser blanco como los cisnes no negrito como el carbón. El Rey y la Reina le agradecieron al buen anciano lo que él les había comentado y que ellos hablarían con el principito sobre su tristeza y su situación.
La Reina todas las noches antes de acostar al principito le leía un cuento, luego oraban a Dios y hacían la oración del Ángel de la Guarda. Terminada la oración la Reina abrazó con ternura a su hijito, lo abrigó contra su pecho y le dijo: "No te averguences hijo mio por tu color, porque para Dios todos somos iguales y él mira es el corazón, y tu tienes un corazón tan puro y tan blanco como los Cisnes que hay en nuestro lago, que nos dan alegría y felicidad, hay personas hijo mío que tienen la piel blanca, pero sus corazones son negros, como el carbón, porque no tienen amor ni compasión y mi Dios se siente triste por ello."
El principito a oír las palabras de su madre, se sintió feliz, y no volvió a sentirse triste por su color, al contrario, se sintió orgulloso, porque lo importante es lo que uno tiene en el corazón.
Con amor, Lucy



RESTAURAR RELACIONES ROTAS


Jesús describió a sus seguidores lo que Él había venido a hacer. Vino a establecer una relación con la gente. Vino a erradicar la enemistad, la rivalidad, el aislamiento que existía entre Dios y el hombre. Una vez que llenó aquel vacío, un vez que superó aquello, dijo: «Os llamaré amigos». Para restablecer una relación es esencial comprender que no hay amistad perfecta, ni matrimonio perfecto, ni persona perfecta. Con la determinación de hacer que la relación sea buena, puedes desarrollar tratados de paz, de amor, de tolerancia y armonía para transformar una situación difícil en algo hermoso.
 
 
Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno
unos para con otros, y para con todos.
1 Tesalonicense 5:15
 
Tomado del Libro Promesas Inspiradoras de Dios
Autor: Max Lucado
 
 
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

martes, 7 de febrero de 2012

Sigue cavando


 Probablemente jamás hayas escuchado el nombre de Lilias Trotter. Nacida en 1853 en el seno de una familia de clase alta, pudo haber llegado a ser una de las pintoras de más renombre de Inglaterra. Pero dejó su vida acomodada y sus privilegios para llevar las buenas nuevas de Jesús a los pueblos del desierto del norte de África.
     A pesar de los enormes obstáculos culturales y logísticos, Lilias logró presentar el cristianismo a un mundo estridentemente musulmán en Argelia. Pero su éxito no llegó sin frustraciones ni fracasos.
     Una vez, Lilias y sus colegas necesitaban un pozo para una casa que estaban construyendo. Luego de varias semanas, el pozo no era más que un agujero de 60 metros en el suelo. Los residentes locales, escépticos ante los recién llegados, desafiaron su fe. «·¿Por qué Dios no les da agua si está complacido con ustedes?» —les preguntaban.
Cuando el pozo finalmente quedó terminado produjo mucho más que agua. Toda las piedras, arena y grava que necesitaban para la construcción de la casa vino del agujero que habían cavado. Como dijera Lilias: «¡La casa fue cavada de este pozo!»
     Algunas veces parece que lo único bueno que recogemos de una mala situación es el carácter final que Dios inculca en nosotros. Eso me tienta a decir: «Señor, ¡ya tengo suficiente carácter!»
     Sin embargo, muchas veces descubrimos un beneficio escondido en nuestras pruebas. José descubrió que la cautividad lo elevó a posiciones de prominencia para honrar a Dios. José tuvo la gracia para decir a sus hermanos: «Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó [su esclavitud] en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente» (Génesis 50:20).
     De manera similar, los encarcelamientos del apóstol Pablo dieron como resultado cinco cartas que ahora tenemos en el Nuevo Testamento. Pablo estaba practicando lo que predicaba. Después de todo escribió: «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Romanos 8:28).
     ¿Estás soportando una frustrante experiencia, un «pozo seco»? Sigue cavando. Puede que el esfuerzo que estás haciendo esté construyendo tu casa.
 
 
Prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:14
 
 
Tomado del Libro Nuestro Pan Diario
Rbc Ministerio
 
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

EL REINO Y SU ASOMBRO


El reino de los cielos. Sus ciudadanos están asombrados. Considere el caso de Sarai. Está en sus años dorados, y Dios le promete un hijo. Ella se emociona. Visita la tienda de ropa de maternidad y compra algunos vestidos. Planifica el baby shower y remodela su tienda… pero el hijo no llega. Se come algunos pasteles de cumpleaños y apaga muchas velas… pero el hijo aún no llega. Acaba una década de calendarios de pared… y el hijo todavía no llega.
     Así que Sarai decide tomar el asunto en sus manos. («Quizás Dios necesita que me ocupe de esta cuestión».) Convence a Abram de que el tiempo se está acabando. («Reconócelo, Ab, tampoco tú te has vuelto más joven».) Le ordena a su sierva, Agar, entrar a la tienda de Abram para ver si necesita algo. («¡Y quiero decir «lo que sea»!) Al entrar Agar es una sierva. Al salir es una mamá. Y se inician los problemas.
     Agar la trata con desprecio. Sarai está celosa. Abran está mareado a causa del dilema. Y Dios llama al bebé un «asno montés», un nombre adecuado para uno que ha nacido de la obstinación y cuyo destino es entrar a la historia dando coces. No es la familia acogedora que había esperado Sarai. Y no es un tema que traten con frecuencia Abram y Sarai mientras cenan. Se ríen de la locura del asunto.
     Abram le echa un vistazo a Sarai… desdentada y roncando en su mecedora, cabeza echada hacia atrás y boca abierta de par en par, tan fructífera como una ciruela pasa descarozada e igual de arrugada. Y estalla de risa. Intenta contenerla, pero no puede. Siempre ha disfrutado de los buenos chistes.
     A Sarai la idea le resulta igualmente graciosa. Cuando escucha la noticia, se le escapa una risita antes de poder contenerla. Murmura algo acerca de que a su esposo le hace falta mucho más de lo que tiene y después vuelve a reírse. Se ríen porque es lo que uno hace cuando alguien dice que puede hacer lo imposible. Se ríen un poco de Dios y bastante con Dios, porque Dios también se está riendo. Entonces, con la sonrisa aún en su rostro, se dedica a hacer lo que mejor hace: lo increíble.
     Cambia algunas cosas, empezando con sus nombres. Abram, el padre de uno, ahora será Abraham, el padre de una multitud. Sarai, la estéril, ahora será Sara, la madre.
Pero sus nombres no son las únicas cosas que cambia Dios. Él cambia sus mentes. Cambia su fe. Cambia el número de integrantes de su familia. Cambia su manera de definir la palabra imposible.
     Pero sobre todo, cambia la actitud de Sara en lo referente a confiar en Dios. Si ella escuchara la declaración de Jesús acerca de ser pobre en espíritu, podría dar un testimonio:«Él tiene razón. Si hago las cosas a mi manera, consigo un dolor de cabeza. Si permito que Dios se encargue, consigo un hijo
 
Porque nada hay imposible para Dios.
Lucas 1:37
 
 
Tomado del Libro En Manos De La Gracia
Autor: Max Lucado
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
1 

Sin agua para beber


 “Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.” (Éxodo 17:1-4).
     Dios había guiado a Israel por los lugares más secos en todo el desierto. Era un lugar de prueba, sin arroyos, ni siquiera un hilo de agua. Lo más desconcertante de todo es que Israel fue llevado allí "conforme al mandamiento del Señor".  
     Dios mismo había permitido a su pueblo tener sed: "Y el pueblo tuvo allí sed de agua" . Los bebés lloraban, los niños se lamentaban, los abuelos tenían la garganta reseca. Los padres miraban a sus familias y pensaban: "En pocos días estaremos todos muertos". Por eso, se tornaron en ira contra Moisés, gritando: "¡Danos agua para beber!" ¡Todavía estaban dependiendo del hombre, de la carne!  
     Quiero detenerme aquí para señalar algo. En primer lugar, Dios tomó a Israel desde Migdol por el mar para probarlos, y ellos fallaron porque no confiaban en Él. A continuación, les llevó a Mara, donde había otro plan de liberación, pero ellos volvieron a fracasar. Ahora los condujo a Refidim para pasar por más pruebas.  
       ¿Observa usted el patrón? Si no aprende a confiar en el Señor con fe sencilla e infantil cuando está en la prueba, Él le traerá de nuevo a otro campo de pruebas.  
     Una vez más, Israel se encontraba en uno de esos lugares. Ellos tenían calor, sed y enojo. Pero, ¡Dios ya tenía un plan! Él no iba a dejarlos morir. Había elegido de antemano hacerles caminar hasta el monte Horeb a un depósito de agua que se había preparado mucho antes. Y esa fuente no iba a durar sólo un día, una semana o un mes, sino ¡treinta y ocho años!  
     Sin embargo, Dios estaba esperando una respuesta de fe de Israel. Él estaba diciendo: "Te he tomado a través de todas estas cosas, pero te has reusado a aprender. ¿Vas a confiar en mí ahora? ¿Cuántos problemas más tengo que permitir en tu vida antes de que confíes en mí?"  
     Nuestro amoroso Padre celestial nunca llevaría a sus hijos a un desierto seco sólo para dejarlos morir de sed, especialmente cuando Él tiene una reserva en una roca cercana. Dios siempre ha tenido un plan para su pueblo. Y Él tiene un plan para usted en este momento para librarle de sus problemas actuales.
 
Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará,
ni te desamparará; no temas ni te intimides.
Deuteronomio 31:8
 
David Wilkerson Today
Por David Wilkerson
Mayo 19, 1931 – Abril 27, 2011
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
 

Manchas


Hay un refrán chino que dice algo así: Los gatos roban pollos y no cambian su naturaleza; los lobos pueden morir, pero no cambian su hambre de ovejas. Este proverbio describe a la gente que simplemente se niega a cambiar. En español también tenemos refranes similares: «Loro viejo no aprende a hablar.» Y «Perro huevero aunque le quemen el hocico.»
     Jeremías 13:23 dice: «¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas?» (Esta es una pregunta retórica que se usó por primera vez para describir la rebelión de la antigua Israel.)
     Entonces, ¿puede realmente un leopardo cambiar sus manchas? Hoy leemos acerca de Saulo, quien iba de camino a Jerusalén «respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor» (Hechos 9:1). Dios instruyó a Ananías para que le llevara un mensaje. Ahora bien, no es muy difícil entender por qué Ananías estaba renuente a conocer al infame Saulo. Este hombre era peligroso para los cristianos. Tampoco es sorpresa leer del asombro, y probablemente incluso escepticismo, de la gente que escuchaba al Saulo «anticristiano» predicar de Jesús.
     Pero Saulo era verdaderamente un hombre cambiado. Ya no perseguía a los cristianos, sino que predicaba el evangelio. ¿Qué había producido esa transformación? Un encuentro personal con Jesús. Desde la visión en el camino a Damasco a la explicación de Ananías, Dios hizo que Saulo se diera cuenta de su nueva identidad y propósito en la vida.
     De la misma forma, Dios sigue revelando su sabiduría y manifestando su poder a la gente de hoy. A través de los años, los partidarios de la teoría del conductismo y los psicólogos han llevado a cabo una cantidad inmensa de investigación. Sin embargo, no pueden resolver el problema de la inclinación del corazón humano hacia la inmoralidad. El hombre simplemente no puede cambiar su naturaleza inmoral… por sí solo.
     Pero Dios sí puede. Él cambió al farisaico Saulo y puede cambiar a cualquiera hoy. Aunque el leopardo no puede cambiar sus manchas, Aquel que hizo al leopardo sí puede
 
 
El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes;
da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.
Daniel 2:21
 
 
Tomado del Libro Nuestro Anda Diario
Rbc Ministerio
 
 
Editor Agenda de Dios. Olman Rímola

Universidad del fracaso


 Una experiencia que tuve en la universidad, junto con la forma que reaccioné a ella, es típica de lo que muchos estudiantes enfrentan. El primer día de mi primer año en la universidad, el profesor entró a la clase de historia de las civilizaciones y con energía, dijo: «La mitad de ustedes no aprobará esta clase».
     ¿Cuál fue mi primera reacción? ¡Miedo! Hasta entonces, nunca había tenido un fracaso en mis estudios. Y no quería empezar ahora, de manera que la primera pregunta que me hice fue: «¿Qué querrá el profesor?» La universidad se transformó en un juego que yo quería ganar.
     Recuerdo que una vez memoricé ochenta y tres fechas para un examen porque mi profesor creía que si se podían citar fechas era porque la materia se dominaba. Conseguí una A en ese examen, pero tres días más tarde, había olvidado toda la información. Me las arreglé para evitar el fracaso que temía, pero en realidad no logré nada.
     ¿Qué es un fracaso? Cuando era niño, yo creía que era un porcentaje. Menos de sesenta y nueve significaba fracaso. Setenta para arriba significaba éxito. Ese pensamiento no me ayudó. El fracaso no es un porcentaje ni un examen. No es un hecho aislado. Es un proceso.
     No estaba preparado para el fracaso. Cuando me gradué de la universidad, lo hice entre el cinco por ciento mejor de la clase. Pero eso no quería decir nada. Había jugado con éxito el juego de la escuela y había absorbido un montón de información. Pero no estaba preparado para lo que me esperaba más adelante.
     La Vida tiene altos y bajos. Y las dos cosas son la mejor Universidad de la Vida. Esta Universidad nos prepara para el Éxito y para el Fracaso. Lo importante es no perder ninguna lección y aplicarla de manera práctica en la vida.
 
 
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
    mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Salmos 3:3
 
Tomado Del Libro El Lado Positivo Del Fracaso
Autor: Dr. John Maxwell
 
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
 

LEVÁNTATE Y ANDA


 “Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda” (Juan5:8). El hombre paralítico en el estanque de Betesda pudo haber escuchado con entusiasmo historias de Jesús sanando por toda la región. Él pudo haber escuchado otras historias de Jesús, pero él no lo conocía personalmente. Él estaba atrapado en su enfermedad y no reconoció al Señor. ¡Pero Jesús conocía todo sobre él! Jesús había venido a él en medio de su miseria y de su pena, ¡y la misericordia estaba a punto de surgir! El Señor se enterneció por los sufrimientos de la enfermedad de este pobre hombre, y todo lo que él le pidió que hiciera fue creer en su Palabra y actuar de acuerdo a ella. “¡Levántate! ¡Toma tu camilla! ¡Aléjate de esta escena!”
     Más tarde, después de la sanidad de este hombre, Jesús lo encontraría en el templo y hablaría con él. Él conocería a Jesús y confiaría en él. Pero ahora, acostado en el estanque desamparado y desesperado, él enfrentó la decisión más grande de todos sus años de dolor. Una palabra de resurrección y esperanza había venido a él, y estaba siendo confrontado: ¡Levántate por fe, o échate ahí compadeciéndote y muere en soledad!
     El hombre pudo haber continuado acostado junto al estanque en incredulidad, rehusando moverse, pensando dentro de sí “No funcionará. ¿Por qué Dios me elegiría a mí entre toda esta multitud para sanarme? Es mi destino morir en esta situación”. Jesús no podría haberlo levantado en contra de su voluntad. Este hombre tenía que creer que su clamor había sido escuchado y que su tiempo para ser liberado había llegado. ¡Era ahora o nunca!
     “Respondió entonces Jesús y les dijo [a los Judíos]: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente, porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas les mostrará, de modo que vosotros os admiréis”.
     En esencia, Jesús estaba diciendo a los incrédulos, “Mi Padre quería sanarlo, así que lo sané. Yo hago sólo la voluntad de mi Padre.” Era la voluntad de Dios, el amor de Dios, el deseo de Dios, que este hombre fuese completamente curado.
     ¡Es difícil creer que Dios todavía lo ama cuando usted está abatido y débil! Cuando los años han sido malgastados; cuando el pecado ha lisiado su cuerpo y su alma; cuando usted se siente sin ningún valor y piensa que disgusta a Dios, y se pregunta por qué él se importaría de usted. Se necesita una fe como de niño para poder aceptar ese amor, y con fe decir, “¡Señor, sólo por tu palabra , me levantaré y andaré – contigo!”
     Usted no tiene que entender todas las doctrinas sobre el arrepentimiento, el pecado y la rectitud. ¡Puede que usted no conozca a Jesús de una manera profunda y significativa! Pero hay tiempo para eso; todo le podrá ser conocido si usted toma el primer paso de obediencia, se levanta, y va hacia el Señor. “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios”
 
 
Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.
Juan 5:8
 
David Wilkerson, Hoy
Por: David Wilkerson
 
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
 

miércoles, 1 de febrero de 2012

El Indio


Un anciano indio describió una vez sus conflictos interiores:

- Dentro de mi existen dos cachorros. Uno de ellos es cruel y malo, y el otro es bueno y dócil. Los dos están siempre luchando...

Entonces le preguntaron cuál de ellos era el que acabaría ganando.

El sabio indio guardó silencio un instante, y después de haber pensado unos segundos respondió:

- Aquel a quien yo alimente.

Proverbios 4:23
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

Deuteronomio 4:9
Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

Isaías 26:3
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

 -tomado: www.renuevodeplenitud.com

Indice de Reflexiones